Cuando se ponen juntas
todas las fichas de información disponibles, la irracionalidad de la
violencia criminal que sacude a México adquiere una lógica. Esa lógica
tiene un nombre: Arturo Beltrán Leyva.
No son de apellido Bonnano, Genovese, Gambino, Luchese o
Colombo, jefes de la histórica mafia italo-americana. Los escenarios del
crimen tampoco son Sicilia, Palermo, Brooklyn, Nueva York o el Bronx.
Sean
Penn no se conformó con meter en tremendo lio a Kate del Castillo con
todo lo que contó sobre su visita al Chapo Guzmán, sino que ahora
también involucra al ex presidente de México, Vicente Fox.
En el mar de Baja California hay un
pez en peligro de extinción que el crimen organizado está pescando y
comercializando ilegalmente, porque las ganancias que obtienen de él
comienzan a superar a la de la cocaína.